lunes, 27 de mayo de 2013

¡Siete datos que no sabías sobre los árboles y su importancia para la vida!

El botanista francés Francis Hallé lanzó algunos meses el libro Du bon usage des arbres (Del buen uso de los árboles), que propone prestar atención a la importancia que tienen éstos en inmensidad de espacios de la vida.
Desde el diario inglés The Guardian comentan el libro y repasan algunos datos que pueden encontrarse en el mismo, develando hechos interesantes y poco conocidos sobre el fascinante funcionar de los árboles y sobre los servicios que proveen a la humanidad.
Acá repasamos algunos:
-Longevos. Mientras un ser humano está ‘programado’ para morir, un árbol puede vivir cientos de años. Una especie determinada, el plátano, es “prácticamente inmortal”, según el botanista, si no se enfrenta con accidentes, enfermedades o humanos.
-Auto-suficientes. Los árboles resuelven sus propios problemas sin moverse: necesitan poco para vivir (agua, luz y nutrientes) y enfrentan a sus enemigos creando químicos (como moléculas que ahuyentan a ratas e insectos), algunos de los cuales se utilizan en la medicina (como el taxol para combatir el cáncer). Además, distribuyen sus semillas alrededor y expanden sus raíces para reproducirse por sí mismos.
-Extensos. La superficie activa de un árbol es mucho más extensa que lo que denota su tamaño: si se mide la superficie de cada hoja de ambos lados, la del tronco, ramas, raíces y filamentos absorbentes de las raíces de un árbol de 15 metros de alto, ésta puede llegar a cubrir 200 hectáreas. Toda esa superficie respira y permite respirar a los humanos.
-Anti-tóxicos. La facultad de los árboles de absorber dióxido de carbono es conocida, pero lo que quizá no se sabe es que éstos también ‘limpian’ el aire de contaminantes como metales pesados, plomo, manganeso, hollín, y óxido nitroso, que se almacenan en la madera (mientras más viejo el árbol, mejor controlador de contaminantes).
-Tranquilizantes. El movimiento de las hojas de los árboles, especialmente en las especies coníferas, despide iones negativos que, se supone, tienen efectos beneficiosos en la salud y el humor de las personas.
-Subterráneos. Las raíces de los árboles son usualmente más largas que las ramas. Además, junto con el suelo, dan vida a hongos, líquenes, helechos, plantas epífitas, insectos, gusanos y hasta mamíferos.
-Urbanos. Aunque usualmente se piensa a los bosques como espacios alejados de la ciudad, el proteger la forestación y plantar árboles en zonas urbanas es esencial para asegurarnos de que estos espacios sean más frescos y agradables para vivir. Los árboles urbanos preservan el suelo, contienen inundaciones, proveen energía y producen comestibles.
A pesar de todas estas increíbles funciones que los árboles aportan, los seres humanos todavía no hemos aprendido a cuidarlos: se estima que la mitad de los bosques del mundo fueron destruidos en el siglo XX. Desde 2000 a 2005, desaparecieron del planeta 20 mil hectáreas de bosques por día.
Existen esfuerzos de reforestación, como el programa REDD de Naciones Unidas, que propone mitigar emisiones de carbono por medio de la restauración de bosques. Se estima que plantar árboles podría compensar 15% de las emisiones de carbono globales en la primera mitad del siglo XXI.
El libro Du bon usage des arbres está orientado a planificadores urbanos y a políticos influyentes para que puedan promover políticas de conservación y de promoción de las forestas.
Un último dato interesante mencionado es que, aunque usualmente se dice que una persona tiene que plantar un árbol en su vida para sentirse satisfecho, se estima que se necesitan 10 árboles para crear el oxígeno que necesita una persona para respirar por un año.

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