Más liviano que el acero, pero cinco veces más fuerte que el
concreto, el bambú es oriundo en casi todos los continentes, excepto en
Europa y la Antártida. De acuerdo con las últimas tendencias
arquitectónicas, las construcciones con esa planta son lo que viene. Por
resistencia, liviandad y capacidad de ahorro de energía.
Sus patrocinadores llaman al bambú gigante el -acero vegetal- por su claro atractivo ambiental.
En enero, la Ciudad de México develó la mayor estructura de bambú
nunca antes construida: el Museo Nómada, una estructura temporal de tres
naves de 5,130 metros cuadrados que ocupa casi la mitad de la Plaza del
Zócalo, la más grande de América Latina. Desde Hawai hasta Vietnam es
usado para construir las más lujosas residencias y resorts pero también
iglesias y puentes.
Museo de Nómada, México
De acuerdo con el artículo publicado en CNN Extension, Simón Vélez,
arquitecto colombiano, ha liderado casi solo la vanguardia del diseño
con un material previamente asociado más con las esterillas tejidas y
tuberías andinas. Hace dos décadas, Vélez hizo un simple descubrimiento:
al usar pequeñas cantidades de pernos o tornillos en las juntas --en
cambio de los métodos tradicionales de usar amarres o sogas-- pudo por
primera vez descubrir la verdadera fuerza natural y la flexibilidad de
la -guadua-, un grueso bambú colombiano.
En la caliente ciudad de Girardot, a dos horas de su residencia
construida en bambú en Bogotá, Vélez, de 58 años, acaba de terminar el
prototipo de una estructura que ahorra energía: un modelo de tienda para
la cadena francesa Carrefour.
La obra de 2,000 metros cuadrados tiene un techo de 16 metros
elaborado en guadua. Si en lugar de ese vegetal, Velez hubiese sido mas
clásico y hubiera utilizado acero [que absorbe cada rayo de sol], los
costos de uso del aire acondicionado se triplicarían.
Pabellon Zeri, Colombia
En Bali, el alemán Joerg Stamm usó la misma técnica, que conoció de
aprendiz junto a Vélez, al construir un puente de 50 metros, lo
suficientemente fuerte como para aguantar un camión.
Pruebas sísmicas al bambú respaldarían sus afirmaciones. Tras años
de desarrollar códigos de construcción desde su laboratorio en Holanda,
Jules Janssen estaba en Costa Rica cuando en 1991 se produjo un mortal
terremoto de 7.7 grados de magnitud. Al recorrer horas después la zona
del epicentro, Janssen descubrió que todos los edificios de ladrillo y
concreto habían colapsado.
-Pero las 20 estructuras construidas allí coincidentemente con bambú
se mantuvieron de forma maravillosa. No tenían ni una sola grieta-,
asegura Janssen, un ingeniero civil y experto en las propiedades físicas
del bambú.
-La relación de peso y resistencia es la mejor en el mundo.
Cualquier cosa construida en acero, yo la puedo hacer en bambú más
rápido e igualmente barato-, asegura.
Pabellon Zeri, Colombia
Alternativas de uso del bambú.
El bambú puede constituir un recurso hasta ahora poco utilizado para
la construcción alternativa de viviendas rurales. De allí la necesidad
del fomento de su siembra y explotación racional para usos artesanales
locales y como protector, que siempre lo ha sido de los recursos suelo y
agua.
En Venezuela se evidencia la necesidad de incorporar el recurso
forestal a los programas de desarrollo social, con el objeto de
contribuir a diversificar la estructura productiva, generar empleos,
sustituir importaciones y mejorar- los mecanismos de protección y
conservación de los recursos. En la actualidad esta especie, a nivel
latinoamericano, tiene un trato preferencial por los innumerables usos
dados y por los que se seguirán incorporando; pues, además del uso
ancestral en la construcción, se le está empleando abundantemente en la
elaboración de muebles, artesanías, obtención de celulosa para papel y
para la elaboración del alcohol etílico y almidón.
La guadua, bambú o guafa como se le conoce en nuestro país, es
pariente del arroz y maíz [gramíneas] y es el único -dinosaurio- vegetal
viviente sobre el planeta, capaz de convertirse en gran opción para
solucionar problemas de erosión y preservación de las fuentes de agua,
debido a la estructura radical basada principalmente en sus rizomas que
impiden que actúen los agentes erosivos. Por tal motivo, constituye una
muy buena alternativa para recuperar las cuencas hidrográficas, porque
además de retener el suelo en las laderas, protege con su sombra los
espejos de agua. Su follaje caído al suelo, sirve de -esponja-
retenedora de la lluvia.
Taxonómicamente, los bambúes pertenecen a la más primitiva, diversa y
menos estudiada subfamilia de las Poáceas [gramíneas], la denominada
subfamilia Bambusoideae y se pueden agrupar en dos grandes supertribus:
Olyrodae. La constituyen los bambúes herbáceos; poseen un sistema
simple de ramificación, sistema rizomático simple, floraciones
frecuentes; crecen en el estrato de la selva tropical por debajo de los
1,500 m de altitud y polinizados generalmente por insectos.
Bambusodae. En esta supertribu se encuentran los bambúes leñosos; se
caracterizan por tener culmos leñosos sin sistemas complejos de
ramificación, fuertes sistemas rizomáticos, ciclos de flora- clon
prolongados con intervalos de 50 a 120 años y crecen preferiblemente en
hábitats abiertos, entre los 0 y 4,000 m de altitud, polinizados
generalmente por el viento. En el caso de la Guadua angustifolia, las
cañas de mayor resistencia, con la edad se tornan más finas, pero con
paredes más densas, con manchas en su superficie y tono cobrizo. Sus
ramas se limitan a poblar la parte superior o cabeza, con diámetros
promedios de 10 a 15 cm y con longitudes de los 12 a 16 m útiles,
promediando una superficie entre 3.72 a 7.03 metros cuadrados.
En cuanto a su distribución geográfica, los bambúes en América se
extienden desde los 39°25' N, de la parte oriental de los Estados
Unidos, hasta los 45°23' 30" S en Chile y aun hasta los 47° en
Argentina.
En Venezuela, por ser un país tropical por excelencia, la
distribución de esta gramínea se encuentra casi en su totalidad sobre el
territorio, desde el nivel del mar, hasta incluso por encima de los
3,000 metros sobre el nivel del mar.
Uso en la construcción:
La guafa [Guadua angustifolia] puede conformar un alto porcentaje del material para la construcción de una vivienda:
Rolliza: puede servir como estructura al ser usada de manera completa.
Abierta: pisos, paredes, cubiertas, puertas, ventanas, recubrimientos, etc.
El material que complementa eficazmente es la madera y el clavo, materiales accesibles prácticamente para todo el mundo.
Aunque principalmente el empleo de estos materiales está dirigido a
la autoconstrucción, puede ser obtenido mediante procesos artesanales y
semi industriales, utilizando herramientas cada vez más complejas y
personal de planta. Aunque la herramienta fundamental para su
procesamiento como material de construcción es el hacha y el machete.
La conformación de entramados o bastidores de madera, forrados por
ambos lados con tablones de caña picada con clavos y alambre, unidos
entre sí y asegurados con clavos, pletinas o pernos, caracterizan un
sistema de construcción. Estos paneles, una vez recubiertos, pueden
llevar empotradas las instalaciones eléctricas, sanitarias u otros
accesorios funcionales de construcción, así como acabados sobre
superficies [mármol, vinil, etc.].
El sistema permite la ejecución por fases o habilitación progresiva,
donde el usuario o beneficiario puede continuar o completar su
vivienda. Frente a una mentalidad mercantilista, este sistema de
construcción enfrenta serios inconvenientes. Sin embargo ¿es posible
asegurar la edificación?, ¿es realmente inmune a los incendios, a los
sismos, a la humedad?, ¿es una construcción de alto riesgo? Entre otras,
estas interrogantes pueden ser rebatidas con singular entusiasmo,
siendo el resultado el mismo para una persona de escasos recursos
económicos, cuyo jornal inclusive no está seguro ya partir de ello
deducir lo demás. Es necesario pensar en el bambú como alternativa de
construcción y en la infinidad de usos que puede darse a este material
que el enumerarlos, sería motivo de varios artículos.
En nuestro país existen muchos casos en que los propietarios no
aprovechan regularmente sus guaduales, pues únicamente lo extraen para
las necesidades de sus fincas y no como un recurso o producto rentable.
La no explotación, en unos casos, y la sobre- explotación en otros,
ocasionan una degradación de los guaduales, lo que es perjudicial para
el desarrollo normal de los mismos.
Es muy común observar que muchas manchas de bambú son destruidas
mediante talas rasas y quemas para Incorporar esas tierras a la
agricultura y ganadería, perjudicando la función protectora y ecológica
que desempeñan los guaduales.
Por todo lo expuesto, el Fondo Nacional de Investigaciones
Agropecuarias [FONAIAP- Trujillo] y el Núcleo Universitario -Rafael
Rangel-, a través del ingeniero Conrado Daboín, Presidente de
UPA-ULA-NURR, consideran necesario y urgente desarrollar investigaciones
tendentes a implantar un manejo correcto de los bambusales, con el fin
de obtener rendimientos sostenidos y permanentes que lo constituyan en
un producto de rentabilidad, como un incentivo para que sus propietarios
lo conserven y fomenten y, al mismo tiempo, sirvan como elementos
protectores y conservadores del recurso suelo y agua.
Fuente:
http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=181878&ID_Seccion=65
http://www.ceniap.gov.ve/pbd/RevistasTecnicas/FonaiapDivulga/fd49/bambu.htm
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